Este año la tierra ha dejado de dar el fruto con el que hemos trabajado esta temporada. La campaña no ha sido muy abundante al haber empezado muy tarde y que entre los meses de su desarrollo, ha habido muchos dias de bajones térmicos, enfin, como digo, ha llegado al fin. El cuerpo lo agradece, se acabaron los madrugones de panadero, las horas inacabables de pie y el estress de la rapidez de una cadena de personas trabajando. Lo mucho o lo poco que se haya ganado, creo que practicamente todos ya teniamos previsto en que invertirlo. Ha llegado la hora de salir fuera de la empresa, entre risas y abrazos despedirnos por las que este año han vuelto a ser nuestras compañeras, desearles buen viaje a su tierra, y naturalmente preguntarles si van a volver...nadie sabe...ni ellas ni nosotras sabemos.
A partir de mañana todo será diferente tendré que volver a aprender a dormir de noche y a vivir de día; cuando vaya a devolver el uniforme de papa-noel, como veis en la foto y la tarjeta de tickar las entradas y salidas, abriré la puerta de la fábrica que estará vacia, y echaré de menos el bullicio de todos moviendose y del ruido infernal de la maquinaria.
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